26 de octubre de 2015

Héroe














Si tuviéramos en nosotros mismos
algo de héroes
algo que dar a otro
algo que amar en el adentro de otro
en su sombra
en su delirio.
Si tuviéramos el cuerpo
no como límite
no como muralla
y pudieran llegar los otros
a salvarse
a encontrarse
o sólo a respirar.
Si tuviéramos la capacidad de ser
manto
refugio
árbol
para los otros,
quebrando la frontera que nos separa,
con sólo mirarnos,
con decir o no decir
lo que haga falta,
para que la gota de lluvia
caiga en el lugar adecuado
ahí donde sólo puede crecer vida
ahí donde mis ojos inventan
en tus ojos
lo que no existe
las formas anuladas aún
los paisajes ocultos,
si pudiera atravesar la ciudad
como quien se atraviesa a sí mismo,
con la bicicleta en la que voy
de mí a vos
de mí hasta los otros
de mi pensamiento
hasta el lugar
en que nada fue pensado todavía.
Si tuviéramos la posibilidad
de reinventarlo todo
en qué punto del aire
estarías vos
como sería
el aire y el amor,
como sería ir hacia otro,
venir hacia uno mismo desde lo otro
desde lo distinto,
qué dirían que no dicen ahora
todas y cada una de nuestras palabras.



21 de octubre de 2015

Prisión (mí)






























¿Mamá, qué es estar presa?

¿Papá, qué es la libertad?

Preso de qué, libre de qué.





Fotografía y textos de la serie: Prisión (mí). Octubre 2015





12 de octubre de 2015

El salto de Adela














                                                                           a Lucía G.


Adela bajó del carrousel.
Extiende los brazos
hacia el cielo
en señal de liberación.
Gira que gira que giró.
Cerca unos pájaros
inscriben en la arena
una declaración jurada.
Por ella.
Por todas las que fue.
Por las que vendrán.
El tren pasó.
Aún no son las cinco
pero llueve
y la materia se desintegra
desintegrando con ella cada juramento.
Y hay un cielo
hecho con acuarela y horas vencidas.
Adela se mira las manos.
Detiene el carrousel
y salta.



Poema InFluenciado por: "Adela en el carrousel" Charly García

Foto / Poesía por Cande Rivero


5 de octubre de 2015

El juego de la candela versión papel

Ya anda circulando, de a poquito,

por kioscos de revistas y por manos

la versión papel de este blog.

Para encargar tu ejemplar podés hacerlo en: candelaria.riv@gmail.com

Paz amor y gracias )

4 de octubre de 2015

Serpiente mental


















Semihumano
el rastro
la forma
la antítesis del sentido
diluyéndose en la arena del caos.
A punto de
cambiar
de convertirte en
germén caracol espectro.
Entrás en
la casa de la sal.
Todo está en órden
excepto el metal
perjurando en silencio
por vos y por mí
a punto de
vengarse por nosotros
y por todos.
Entrás en
la casa de los espejos.
Todo está en órden
excepto tu infancia.
O es que ése es el centro del laberinto,
allí la piedra filosofal
que desencadena
el resto de respuestas
de toda tu vida.
Semihumano
los ojos
la boca
la sed
multiplicándose
en el revés de todo espejo.
Apretás los dientes
en la hora maldita
dispuesto a ceder todo
al encanto de un jardín en ruinas,
en la hora que se quiebra
dentro de otra hora
sólo para probar
su inconsistencia.
Rabia
agonía
pena
semihumano intentando
el fulgor
las amapolas abriéndose
sólo para probar
que no estás allá
sino en esta semiluz
acompañada del temblor
de tu sombra
abriéndose y cerrándose
ante algún dios
ante algún filamento de energía subterránea.
Ajustás el dolor
dentro del dolor
sólo para probarte a vos mismo
que por fuera de tu piel
existe otra cosa
adornando el sentido.
Gritar ceder vaciar
saltás tres veces
dentro de tu nombre.
Al fin ves la facilidad
con que todo se disuelve.
Sueño con un mundo
sin estatuas de sal,
sin aves traicioneras,
sin sortilegios,



Foto / Poesía por Cande

2 de octubre de 2015

Ficción





















Espigas,
piel convertida
en débiles filamentos.
Espuma de
domingo por la tarde.
Corazón
al borde de un ataque
de lunes.
Puentes,
la mente rasante
convertida en reptil
en insecto que avanza entre las rocas.
El cuerpo como
rayo
torre
estatua de nylon
entre la multitud.
Los ecos
de una revolución
que arrastra sus cruces
desde otro tiempo.
No hay nada que nos salve,
me dijiste.
Mirar el sol
hasta quemar todas las ideas.
Ir de una cosa a otra
hasta
hartarse de movimiento.
Quedarse quieto
muy quieto
mientras las personas
se azotan la cabeza
contra un mundo de vidrio,
contra un mundo inverosímil.
Andar a contramano
juntando pétalos
o cantando tangos bajo la lluvia
que oxida también la sangre.
La piel entremezclada
en el aire que no sabe extinguir
su rabia.
La débil piel
untándose
con las espinas
de un mundo al revés.
Tu cuerpo como
templo,
raíz a la que me abrazo,
tu voz como
un siglo
espejando toda esta ficción.



Suelto globos de color en el paisaje blanco. Adentro de la imagen veo a la niña que tiembla. Le acerco por un borde una cano...