11 de enero de 2014

Caleidoscopio cerebral













Podemos empezar
por plantar los huesos del amor
en nuestro patio.
Y regarlos con lluvia       hasta que sean árboles
hasta poder sentarnos en su sombra

o en su luz.

(Fragmento de libro en preparación)
Foto: Candelaria Rivero
Contacto con el autor: candikrash@gmail.com















Van a vestir mis manos el dolor.
Lo cubrirán de pétalos o estrellas.
Voy a pronunciar lo que no se nombró
de tanto morirse el deseo antes de tiempo.
Van a pelear mis manos entre nubes
en el eterno péndulo
que va desde mi sombra hasta tu sombra
para recuperar
lo que hubiera quedado señalado
en la orilla del sueño.
Van a buscar mis manos el cansancio
la débil despedida de la fe
de tus ojos clavados en el eco
que apenas vive
que apenas es oído.
Van subir mis manos
con una flor
desde mis entrañas
van a echar a rodar las piedras
hasta convertirlas en promesas,
en cielo donde se pueda sonreir
en bocas que sólo digan lo importante.
Van a enterrar mis manos
esta semilla gastada, 
extraviada en lo imposible
que necesita urgente toda luz
que quedó sepultada por una gota inerte
por una montaña de oscuras intenciones,
y hoy busca en donde nadie
en lo que llevan también las palabras sin saberlo
en una esquina secreta del papel
en lo que reencarna una y otra vez

en distintos poemas.

(Fragmento de libro en preparación)
Foto: Candelaria Rivero
Contacto con el autor: candikrash@gmail.com

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