La señora que
se viste para
enseñar
en un salón sucio y
frío
no nos enseñó
qué es el amor
qué es la vida.
No se puso ni un
ratito
en nuestros ojos
en nuestro hambre
en nuestro silencio.
La señora que se
viste
para enseñar
tal vez tampoco sepa
para sí misma
tantas cosas
tal vez sólo esté
en
un salón frío y
sucio
porque esa sea su
manera de sobrevivir.
Ni ella ni otros
como ella
nos enseñaron
a mirar adentro
lo que dice el
cuerpo
lo que dice el
corazón
ni a resolver la
tarea de existir.
Pero no la culpo
porque no creo que
sea culpar
la respuesta que
busco,
porque en el fondo
siento un poco de
pena
por los señores y
señoras
que se visten todos
los días
para mentir o
callar,
por los señores y
señoras
que no se pusieron a
pensar para sí mismos
en qué creen
qué es lo
necesario.
Tal vez no todos
puedan elegir
porque el trabajo
aliena
y pudre cabeza y
corazón
y no queda ni un
ratito
para ser curiosos
y dudar
dudar
dudar.
Foto / Poesía por Candelita
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